Desafortunadamente no hay una respuesta única ya que lo que funciona para una persona puede no funcionar para otra. En primer lugar todos somos humanos y las dietas son muy difíciles de mantener durante un largo período de tiempo. En segundo lugar nuestro cuerpo puede trabajar en contra de nosotros. Una vez que hemos perdido una cierta cantidad de peso nuestro metabolismo se ralentizará para que tenga que comer menos para mantener el peso actual en el que se encuentra. Es la forma en la que nuestro cuerpo se asegura de que no nos muramos de hambre. Así que cuando piensas que estás trabajando duro en tu dieta y que no obtienes los resultados esperados, esto es a menudo la razón.
Además muchas personas se entusiasman y recortan muchas calorías al principio. Al principio de la dieta los antojos de alimentos son intensos, pero poco a poco irán desapareciendo. Hay pruebas que demuestran que, a largo plazo, una dieta baja en calorías frenará el hambre. Además de esto, si eliges la dieta sin hacer ejercicio, perderás masa muscular y esto va a ralentizar tu metabolismo aún más.
¿De dónde provienen las calorías?
Como se mencionó anteriormente, las calorías no son iguales y aquellas calorías que provienen de la grasa o incluso los carbohidratos refinados seguramente terminarán en tus muslos. Así que piensa, si tuvieras la posibilidad de elegir entre un donuts y un sándwich de pollo que ambos tienen la misma cantidad de calorías, ¿cuál elegirías? Tanto nutricionalmente, como por el bien de tu peso, el sándwich es el ganador.
Además muchas personas se entusiasman y recortan muchas calorías al principio. Al principio de la dieta los antojos de alimentos son intensos, pero poco a poco irán desapareciendo. Hay pruebas que demuestran que, a largo plazo, una dieta baja en calorías frenará el hambre. Además de esto, si eliges la dieta sin hacer ejercicio, perderás masa muscular y esto va a ralentizar tu metabolismo aún más.
¿De dónde provienen las calorías?
Como se mencionó anteriormente, las calorías no son iguales y aquellas calorías que provienen de la grasa o incluso los carbohidratos refinados seguramente terminarán en tus muslos. Así que piensa, si tuvieras la posibilidad de elegir entre un donuts y un sándwich de pollo que ambos tienen la misma cantidad de calorías, ¿cuál elegirías? Tanto nutricionalmente, como por el bien de tu peso, el sándwich es el ganador.
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