Los investigadores hallaron que para los niños pequeños, cada refrigerio que comían mejoraba la puntuación general de la calidad de su dieta. Pero para los niños mayores, cada refrigerio redujo la puntuación general de la calidad de la dieta.
"De forma inesperada, descubrimos que para los participantes en edad de ir a la escuela elemental la frecuencia de la comida y los refrigerios en general contribuían positivamente a la calidad de la dieta", escribieron. "En cuanto a los adolescentes, sin embargo, nuestros resultados sugerían que los refrigerios reducían la calidad general de la dieta, aunque cada comida adicional aumentaba la calidad de la dieta".
Los investigadores sospechan que los niños más pequeños están comiendo generalmente los refrigerios que les dan sus padres, y esa puede ser la razón por la que eran de mejor calidad. Los adolescentes, por otra parte, pueden estar tomando más lo que ellos eligen, y algunas de esas elecciones podrían ser menos nutritivas.
Pero comer refrigerios no es necesariamente algo malo, según la autora principal del estudio.
"No hay por qué despreciar los refrigerios. Pueden ser beneficiosos para las dietas de los niños cuando contienen los alimentos adecuados. Pero sí que tenemos que ser conscientes de que los refrigerios contribuyen positivamente a la ingesta de energía de los niños", afirmó la autora principal de estudio, E. Whitney Evans, investigadora postdoctoral de la Universidad de Brown y del Centro de Control de Peso y Diabetes del Hospital Miriam, en un comunicado de prensa de la Brown.
El niño promedio estadounidense come tres refrigerios al día. Cuando elija los refrigerios para los niños, seleccione los que tengan más nutrientes en lugar de calorías, sugirió Evans, que realizó la investigación cuando estaba en la Universidad de Tufts.
El estudio incluyó a niños de hogares con bajos ingresos, de 9 a 15 años de edad, de 4 escuelas del área de Boston. 92 de los niños tenían entre 9 y 11 años de edad, y 84 tenían entre 12 y 15 años. En dos ocasiones distintas, los niños y los adolescentes aportaron información sobre qué comieron en las 24 horas anteriores.
En general, cada refrigerio aportó aproximadamente hasta la mitad de las calorías ingeridas al día en cada comida, lo que muestra que los refrigerios son una parte importante de la dieta general de los niños y adolescentes, según los autores del estudio publicado en línea recientemente en la revista Public Health Nutrition.
Además de enfatizar la necesidad de unos buenos hábitos en relación a los refrigerios, el estudio también mostró la importancia de las comidas en la mejora de la calidad general de las dietas de los pequeños. Para ambos grupos de niños, cada comida completa aumentó su puntuación dietética.
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