Una razón para dejar de tomar este medicamento
le propongo
una pequeña adivinanza a la que me gustaría retarle hoy.
¿Listo?
Adivine qué
medicamento soy. Ahí van algunas pistas:
- Modifico la forma en que el organismo asimila las vitaminas y los minerales.
- Soy responsable de importantes carencias en vitamina B12.
- Dificulto la absorción del calcio.
- Duplico el riesgo de fracturas.
- Aumento del 16 al 21% el riesgo de infarto de miocardio.
- Mi ingesta conlleva de forma prácticamente sistemática una insuficiencia renal.
- En los hombres, duplico el riesgo de padecer problemas de erección.
Ahí va otra pista:
soy un medicamento para calmar los dolores de estómago, pero no los resuelvo, y
además provoco quemaduras en él.
¿Quién
soy? ¿Ya sabe la respuesta? Pues claro: soy… un medicamento IBP ¡los inhibidores de
la bomba de protones! Aunque
quizá me conozca por alguno de los nombres de nuestras moléculas: omeprazol,
pantoprazol, esomeprazol, lansoprazol o rabeprazol.
Si hoy le propusiera
de nuevo esta adivinanza añadiría una pista más: hago que las personas engorden
sin que hayan cambiado nada en su alimentación. Y es que los investigadores han
sacado a la luz un nuevo y oscuro secreto de esta pequeña bomba de relojería Los investigadores se han interesado por su
impacto en la flora intestinal y han observado que, en personas que llevan
tiempo tomándolo, se produce una proliferación de las bacterias firmicutes
(endobacterias), que tienen la capacidad de extraer más calorías de los
alimentos en comparación con otras bacterias del estómago, las bacteroidetes.
Debido a ese desequilibrio, esas personas absorben más calorías con su
alimentación, aunque no coman más, por lo que acaban engordando.
3 situaciones en las que 400 µg de
vitamina B9 le irán de maravilla
Incluso
si sus aportes diarios de vitamina B9 se corresponden exactamente con las
recomendaciones oficiales, una suplementación extra puede significar para usted un cambio como de la noche al día para
solventar ciertos problemas de salud.
Aquí van tres de
ellos:
- Problemas cardiovasculares. Una suplementación frenaría el avance de la arterioesclerosis, ya que la vitamina B9 actuaría corrigiendo la mala dilatación de los vasos sanguíneos que se produce con la edad. Por otra parte, los investigadores han observado una disminución de la mortalidad por accidente cerebrovascular (ACV) en las poblaciones estadounidense y canadiense tras la suplementación sistemática con vitamina B9 en los productos de cereales. ¿Por qué no probarlo? La dosis recomendada sería de 400 µg al día.
- Depresión persistente (o cuando el tratamiento es poco eficaz). La causa oculta de estos problemas podría ser un nivel bajo de vitamina B9. En este caso la dosis más apropiada sería de 500 µg al día.
- Tabaquismo, problemas con el alcohol o vivir en un entorno muy contaminado. Todas estas situaciones se caracterizan por un gran estrés oxidativo que favorece el envejecimiento celular y la aparición precoz de problemas de salud. La vitamina B9 contrarresta este estrés y protege el ADN de las agresiones cuando se consume en dosis a partir de 400 µg al día