Si
padece una enfermedad a la que no encuentra solución o sufre algún problema de
salud del que no sabe bien la causa, lea lo que sigue a continuación y
descubrirá un nuevo camino para poder curarse.
Y es que cada vez
más científicos creen que para tratar e incluso vencer muchas enfermedades es
clave la lucha contra la disbiosis.
Pero ¿qué es
exactamente la disbiosis?
Los
científicos la definen como “una alteración persistente del
equilibrio normal de la microbiota intestinal”. Esta anomalía está causada por la acumulación de bacterias tóxicas en los intestinos.
La disbiosis está en el origen de muchas
enfermedades graves, como la
enfermedad de Crohn, la diabetes, la enfermedad celíaca, el cáncer de colon,
las alergias e incluso el autismo. (1)
También se sospecha
que está involucrada en la artrosis, la hipertensión, la psoriasis y las
enfermedades de Parkinson y de Alzheimer.
¿Cómo puede estar
implicada la disbiosis en todas estas enfermedades? La razón es simple a la vez
que aterradora: los científicos han descubierto que la disbiosis tiene el poder
de desencadenar graves disfunciones en los sistemas inmunológico, metabólico,
nutricional e incluso genético. En resumen, sería como una especie de parásito
que crea caos y muerte en cada célula de su cuerpo.
La disbiosis es el
resultado de los cambios en el estilo de vida a los que, desafortunadamente,
todos nos enfrentamos. Me refiero sobre todo a la contaminación, a los efectos
perniciosos de ciertos medicamentos (como los antibióticos), al estrés y a los alimentos
procesados que han invadido nuestros platos. Estos cambios en el estilo de vida
se han producido en sólo unos años.
Esto explica por qué
los médicos y millones de personas se encuentran hoy en día totalmente
indefensos ante esta nueva lacra.
Sin embargo, si hoy
le hablo de la disbiosis no es para que cunda el pánico, sino todo lo
contrario.
Cada día se realizan
nuevos descubrimientos en todo el mundo sobre la disbiosis, y existen
soluciones para combatir esta enfermedad y sus consecuencias en nuestra salud.
Estas soluciones se encuentran al alcance de todos y no hay razón para seguir
privándose de ellas.
Y ahora seguramente
se estará preguntando…
¿Cómo sé si padezco disbiosis?
La disbiosis es
difícil de diagnosticar porque se desarrolla gradualmente, sin que uno se dé
cuenta.
Hay
pruebas médicas específicas que pueden ayudarle a detectarla. Sin embargo,
hay varias señales inequívocas y me gustaría ayudarle a saber usted mismo si
la sufre simplemente respondiendo a estas preguntas:
- ¿Alguna vez se priva de algún alimento porque teme que sus problemas digestivos empeoren aún más?
- ¿Se siente cansado sin saber por qué?
- ¿Tiene el rostro apagado o amarillento?
- ¿A veces siente que no puede resistir el impulso de comer dulces?
- ¿Nota que cada vez es más difícil perder peso?
Si ha contestado
“sí” a una o más de estas cinco preguntas, es probable que, como millones de
personas, usted sufra disbiosis sin saberlo.
Por lo tanto, debe
actuar antes de que la situación empeore.
La mayoría de
nosotros no damos mucha importancia a estas preocupaciones. Pensamos que “se
pasará solo”, que “no es tan grave” o que “será normal con la edad”.
Sin
embargo, se trata de un error que puede tener consecuencias para su salud si no
hace nada. En muchos casos, estos síntomas son los primeros signos de enfermedades más graves:
artrosis, diabetes, obesidad, cáncer...
Estas señales de
socorro que le envía el cuerpo están ahí para advertirle de que algo serio está
sucediendo:
El cuerpo se está empezando a pudrir
Discúlpeme por ser
tan directo. Puede parecer chocante y desagradable imaginar que su cuerpo se
está pudriendo por dentro. Sin embargo, es sólo una versión incluso edulcorada
de lo que los científicos han descubierto sobre la disbiosis.
Cuando las bacterias
tóxicas se asientan en los intestinos, se propagan a gran velocidad y atacan
las bacterias buenas presentes en ellos.
Obviamente no puede
verlo, porque todo ocurre a escala microscópica pero, en este mismo instante,
en sus intestinos se está librando una lucha encarnizada:
- Este feroz combate entre bacterias “buenas” y bacterias “tóxicas” acaba por agotar a los intestinos, que se vuelven porosos.
- Uno de los primeros signos visibles es que este caos en los intestinos le impide perder peso. (2)
- La comida ya no se digiere correctamente, dado que los intestinos no son capaces de hacer bien su trabajo.
- Su cuerpo almacena más grasa y ya no sabe cómo eliminar las toxinas presentes en la alimentación.
- Estas toxinas se van acumulando en el cuerpo.
Los científicos
hablan de un fenómeno de “putrefacción”, que convierte el cuerpo en un
vertedero lleno de toxinas patógenas.
Estos microorganismos
patógenos proliferan por todo el cuerpo y
debilitan peligrosamente sus defensas naturales, lo que aumenta el riesgo de
enfermedades. Las murallas de su fortaleza interior empiezan a
desmoronarse.
¿Ha oído alguna vez
esta famosa frase del médico griego Hipócrates?
“Con
toda probabilidad, la fuente de las enfermedades no debe encontrarse en ningún
otro lugar que no sean las ventosidades o flatulencias, dependiendo de si son
por exceso o por defecto, o bien si entran en el cuerpo en demasía o
impregnadas de miasmas mórbidos”.
La ciencia moderna
ha confirmado que el padre de la medicina tenía toda la razón.
Sus intestinos no
sólo son el punto central de la digestión, sino que son el foco de su salud,
puesto que el 80% del sistema inmunológico lo manejan los intestinos.
Si
éstos son atacados por bacterias malignas, el sistema inmunológico se empezará
a debilitar peligrosamente y se volverá más vulnerable
a las enfermedades.
Si usted come muchos
alimentos procesados, por ejemplo, las bacterias intestinales se verán
comprometidas porque estos alimentos destruirán en gran parte la microflora
saludable y alimentarán las bacterias y levaduras dañinas.
Las
bacterias intestinales también son especialmente sensibles a los antibióticos, al agua clorada, a los jabones antibacterianos, a los productos químicos
agrícolas y, en general, a todo
tipo de contaminación.
La
otra consecuencia de la disbiosis se encuentra en
el cerebro.
Esto puede sonar
extraño en un primer momento, pero las investigaciones científicas son muy
claras en este aspecto: lo que sucede en los intestinos está directamente
relacionado con lo que sucede en el cerebro.
La influencia de los intestinos en su
salud es enorme
No lo sabe todo el
mundo, pero los intestinos son nuestro segundo cerebro. No hace mucho que los
científicos han descubierto que los intestinos contienen 200 millones de
neuronas que vigilan la digestión e intercambian información con nuestro
cerebro. (3)
Y ahora están
empezando a descifrar esta “conversación secreta” cuyos mecanismos siguen
siendo misteriosos.
Por ejemplo, sabemos
que el cerebro entérico (el de los intestinos) produce el 95% de la serotonina,
un neurotransmisor que ayuda a controlar las emociones y que también se llama
“hormona de la felicidad”.
Estos
descubrimientos también han allanado el camino para albergar una inmensa
esperanza terapéutica en enfermedades neurodegenerativas como el párkinson y el
alzhéimer.
Los estudios
muestran que estas enfermedades comienzan atacando las neuronas de los
intestinos.
Para prevenir y
tratar estas enfermedades neurológicas, tendríamos que lidiar también con lo
que transita a través del tubo digestivo. Por eso es tan importante que proteja
sus intestinos de la disbiosis.
La
buena noticia es que, pese a la complejidad de esta enfermedad y sus
consecuencias, hay varias soluciones para protegerse.
Y lo mejor de todo
es que el remedio más simple contra la disbiosis es también el más
efectivo.
Le voy
a revelar cuatro estrategias clave para prevenir y combatir la disbiosis, una de
las cuales, la más efectiva, no le llevará más de diez segundos al día.
Antes de empezar,
déjeme plantearle una reflexión:
Dado que los
primeros signos de disbiosis aparecen en forma de problemas digestivos
(hinchazón, dolores de estómago, diarrea...) el tratamiento que se suele
aconsejar supone un simple parche, porque se centra en los síntomas.
¿Qué se suele
aconsejar? Pues tomar laxantes, antiácidos, antiespasmódicos... Y si además le
produce insomnio, recomendarán pastillas para dormir.
Parche tras parche,
simplemente se están camuflando los síntomas.
El tiempo pasa sin que se
haga nada para tratar el problema de raíz.
No se está rastreando y erradicando a estos peligrosos parásitos que le
colonizan los intestinos y amenazan su salud.
Cuando estos parches
resultan ineficaces, le dicen que ahora le toca cambiar su alimentación.
Obviamente, es
importante comer lo más sano posible; sin embargo, para muchas personas, esto
no basta para erradicar el problema y recobrar la salud.
¿Es su caso?
Si se reconoce en lo
que le estoy contando sepa que, al igual que millones de personas, se encuentra
en un callejón sin salida.
Seguramente está
esforzándose para llevar una vida saludable pero no observa ninguna
mejoría.
Es un círculo
vicioso y desalentador que, con el paso del tiempo, va minando su ánimo y casi
le llevaría a abandonar cualquier esperanza de recuperación.
Por eso no quiero
que se pierda esta información vital para su salud. Si usted padece disbiosis
sin saberlo, hay esperanza. Puedo asegurarle que hay formas simples, naturales
y científicamente probadas de remediarla.
Cómo detener esa máquina infernal
Una
vez tratada la disbiosis intestinal, una de las primeras cosas que notará es
que podrá perder peso con mayor facilidad. Tiene todo el sentido, ya que si sus intestinos
funcionan de nuevo con normalidad, empezará a digerir y eliminar grasas y
toxinas de nuevo.
Otra
ventaja visible enseguida es que la piel recupera su
brillo natural, por lo que se verá con
mejor aspecto, más saludable.
También
notará que podrá volver a disfrutar de ciertos alimentos que no se atrevía a comer porque le causaban
demasiados problemas digestivos.
Pero
mucho más importante, aunque no lo sentirá de inmediato, es que sus defensas naturales recuperarán su fuerza y reconstruirán su fortaleza interior contra
las enfermedades.
Las cuatro estrategias contra la
disbiosis
A continuación puede
ver cuatro cosas que puede empezar a hacer a partir de hoy mismo (como le dije,
una de ellas, concretamente la cuarta, no le llevará más de diez
segundos).
- Comience por consumir más alimentos fermentados. Antiguamente, la gente utilizaba alimentos fermentados, como el yogur y el chucrut, para mantener la salud digestiva. Estos alimentos son ricos en bacterias beneficiosas para los intestinos. Por lo tanto, son una excelente forma de combatir la disbiosis y sus complicaciones. Sin embargo, para que sean eficaces, estos alimentos deben fermentarse de manera tradicional y, por lo tanto, no pasteurizarse (la pasteurización mata los probióticos naturales).
- Elimine el azúcar de su dieta en la medida de lo posible, ya que favorece el desarrollo de la disbiosis de fermentación básica. Esta disbiosis se caracteriza por la aparición de un caldo de cultivo propicio para las levaduras, en particular la Candida albicans, que provoca muchos gases e hinchazón.
- Prime los alimentos procedentes de la agricultura ecológica, que le van a permitir limitar la cantidad de contaminantes químicos que pasan por los intestinos. Soy muy consciente de que no es fácil para todo el mundo seguir estos tres consejos al pie de la letra. Por eso ahora le voy a explicar la cuarta estrategia de la que le he hablado antes. Es la forma más simple y eficaz de combatir la disbiosis.
Con esta nueva
solución, incluso aunque no siguiera de forma rigurosa las tres primeras
estrategias, podrá luchar eficazmente contra la disbiosis.
- Tomar probióticos, prebióticos y enzimas digestivas, pues cada uno de estos ingredientes activos naturales desempeña un papel específico imprescindible para su salud intestinal, que ahora mismo le voy a contar.
Las enzimas nutren, fortalecen y
limpian
Es probable que haya
oído hablar de los extraordinarios beneficios de los probióticos y de los
prebióticos en los intestinos y en la salud en general.
Pero hay otra
variedad de ingredientes activos naturales menos conocidos aunque igualmente
importantes para proteger sus intestinos: las enzimas.
Las
enzimas son el catalizador de todo lo que sucede en el cuerpo; por
ejemplo, no se puede respirar, beber, comer o digerir alimentos sin
enzimas.
El Dr. Edward Howell
fue el primer investigador en reconocer ya por los años 40 la importancia de
las enzimas alimentarias en la nutrición humana.
En su libro “El
estado de las enzimas en la digestión y el metabolismo”, publicado en 1946,
escribió:
“Las
enzimas son sustancias que hacen posible la vida. Son esenciales en cada
reacción química que ocurre en el cuerpo. Sin enzimas, no habría ninguna
actividad. Se puede decir que son la masa laboral que construye el cuerpo, del
mismo modo que los obreros de la construcción son los que construyen su casa.
Puede contar con todos los materiales de construcción posibles para construir
una casa, pero también necesita los trabajadores que representan el elemento
esencial de la vida. De la misma manera, puede tener todos los nutrientes,
vitaminas, proteínas, minerales... esenciales para el cuerpo, pero también va a
necesitar enzimas, el elemento de la vida, para mantener su cuerpo vivo y
saludable”.
Es tan sencillo como
esto: no se puede combatir un resfriado o una enfermedad grave sin enzimas. El
corazón, el cerebro, la piel, los huesos, todos los tejidos y células del
cuerpo necesitan enzimas.
El problema es que,
a medida que envejecemos, la producción de enzimas disminuye, y los primeros
efectos negativos se perciben en la digestión. Se empiezan a eliminar peor las
toxinas y también se absorben peor los nutrientes vitales para la salud. Como resultado,
el cuerpo se debilita gradualmente y la disbiosis comienza a aparecer. En
consecuencia, se envejece más rápido y se enferma con mayor facilidad.
Para
remediarlo, le recomiendo aumentar drásticamente el
consumo de enzimas. Las más
importantes para la salud son estas cinco enzimas digestivas: proteasa, lipasa,
amilasa, celulasa y lactasa.
Gracias a estas
enzimas, usted podrá digerir mejor los alimentos y será menos sensible a las
intolerancias alimentarias causadas por la lactosa, el almidón y las grasas
perjudiciales. A la vez absorberá mejor las vitaminas, los minerales y las
proteínas de la dieta, por lo que su organismo estará mejor nutrido gracias a
la acción de las enzimas.
Probióticos: las bacterias
beneficiosas para la vida
Los probióticos son
fermentos naturales, bacterias vivas que están presentes en los
intestinos.
Desempeñan tres
papeles principales contra la disbiosis: (4)
- Actúan como soldados en el tubo digestivo bloqueando el paso de sustancias extrañas (patógenos, toxinas y alérgenos), lo que reduce el riesgo de infecciones y enfermedades.
- Contribuyen a la digestión de los alimentos transformándolos y produciendo nuevas moléculas (vitaminas, enzimas, ácidos grasos, etc.).
- Ayudan a desarrollar el sistema inmunológico y la mucosa intestinal, lo que asegura una mejor protección del organismo contra los patógenos externos.
Estos modos de
acción están ampliamente implicados en la lucha contra la disbiosis y la
regulación del tránsito intestinal, pero hacen mucho más que eso.
Los estudios sobre
probióticos se han multiplicado en los últimos años y han confirmado que
existen más de cien efectos positivos para prevenir, aliviar o curar
enfermedades digestivas, inflamatorias, inmunológicas, infecciosas o los
efectos secundarios digestivos relacionados con el uso de medicamentos (por
ejemplo de antibióticos y tratamientos contra el cáncer).
Hay
multitud de probióticos a su disposición, y yo mismo le he hablado de ellos en
alguna ocasión. Hoy voy a recomendarle un complejo que contiene no una ni dos
cepas de probióticos, sino las siete variedades más
potentes del mundo.
Se
trata de las cepas Lactobacillus plantarum, Bifidobacterium animalis
lactis, Lactobacillus
acidophilus, Lactobacillus
paracasei, Streptococcus
thermophilus, Bifidobacterium
breve y Lactobacillus
bulgaricus. (5) (6) (7) (8) (9) (10)
(11) (12) (13) (14)
Estas
cepas están recomendadas por el profesor Claudio de Simone, considerado
actualmente como el mayor especialista mundial en el
campo de los probióticos.
Pero no sólo eso,
sino que a las siete cepas de probióticos añade las cinco enzimas más
importantes que le he mencionado antes, algo que es mucho más insólito de
encontrar en un complemento nutricional. Y tampoco es sólo eso…
Además,
esta formulación también incluye un prebiótico insólito de
origen 100% vegetal.
El papel de los prebióticos
Si
los probióticos son bacterias vivas “buenas”, los prebióticos también tienen
un papel importante para ayudarles en su misión, puesto que son nutrientes
destinados a alimentar a esas bacterias en el intestino.
El aporte de
prebióticos en la dieta se consigue sobre todo consumiendo frutas maduras de
temporada, vegetales (principalmente legumbres y crucíferas) y cereales bajos
en gluten (arroz, mijo, alforfón y espelta).
El problema es que
la dieta moderna, demasiado rica en productos refinados y procesados (carne,
queso, grasas y dulces), es pobre en fibra, de ahí el interés que supone tomar
prebióticos en combinación con probióticos y enzimas.
Los
prebióticos presentes en este complemento son galactooligosacáridos (GOS),
que tienen la particularidad de abundar en la leche materna, pero no en la
alimentación.
Los
GOS que incluye este probiótico son 100% de origen
vegetal y se obtienen a través de
un proceso que los extrae de fibras de semilla de guisante seco.
Por qué le recomiendo este
complemento
Como sabe, hay
multitud de probióticos disponibles en el mercado, tanto en establecimientos de
salud natural como en las farmacias (como curiosidad, cada vez son más los
farmacéuticos que cuando un paciente llega con una receta de antibióticos le
sugieren acompañarlo de la toma de probióticos, una muestra de que algunos
profesionales de la salud empiezan a ser sensibles al papel de la flora
intestinal).
Pero le aseguro que
lo que no es frecuente es encontrar un complemento que incluya las siete cepas
de probióticos de las que le he hablado. En total, éste cuenta en cada cápsula
con 40.000 millones de microorganismos (unidades formadoras de colonias) de las
siete cepas, y además su formulación garantiza su biodisponibilidad (es decir,
la cantidad real de probióticos que van a ir a parar a su flora
intestinal).
Si ya ha tomado
probióticos alguna vez, ¿se ha fijado por casualidad en el número de
microorganismos que aporta una dosis diaria? Un producto normal, de los que
habitualmente le darían en la farmacia, aporta por lo general 3.000 millones de
probióticos y, aunque podría parecer mucho, en realidad los estudios han
demostrado que para tener un efecto realmente beneficioso un complemento de
probióticos debería tener al menos 8.000 millones, y a partir de 20.000
millones ya se considera óptimo. Así que éste de 40.000 (el doble), y además
compuesto por las siete cepas más potentes, es para mí un mundo aparte.
Para aumentar la
biodisponibilidad, yo le recomiendo tomarlo por la mañana antes del desayuno,
es decir, con el estómago vacío.
Esto se debe a que
la acidez del estómago destruye los probióticos, y la acidez es mayor cuando se
han ingerido alimentos, pues el estómago produce jugos gástricos (ricos en
ácido clorhídrico) para poder digerirlos.
De
todas formas, para asegurarse de que los probióticos “viajen” seguros hasta el
intestino, resistiendo los ataques de los ácidos del estómago, este complemento
se ha concebido en forma de cápsulas vegetales
gastrorresistentes. Así el contenido
llega íntegro hasta su destino y los probióticos se liberan cuando la cápsula
llega al intestino, donde pueden ejercer su efecto beneficioso sobre la flora
intestinal, evitando que el ácido clorhídrico de su estómago destruya las bacterias
vivas antes de que colonicen el lugar idóneo.
Otro tema importante
es que las cápsulas se presentan en un envase tipo blíster (en lugar de ir
todas juntas dentro de un bote). La razón es que los probióticos son
extremadamente delicados, y de esta forma cada cápsula está protegida
individualmente en una pequeña carcasa de plástico, resistente y transparente.
Así están aisladas y protegidas del aire, lo que permite que los probióticos
permanezcan estables y bioactivos durante mucho más tiempo.
Diez segundos al día bastan
¿Ve por qué le decía
que diez segundos al día eran suficientes para hacer mucho por su flora
intestinal y para atajar la disbiosis? Porque es el tiempo que va a necesitar
para tomar una cápsula de Symbyozyme, que es el complemento que hoy le
recomiendo.
Con eso tendrá
suficiente para aportar a su intestino las enzimas, probióticos y prebióticos
que necesita cada día. Y así poder prevenir y tratar la disbiosis y todas las
enfermedades que se derivan de ella.
Una cápsula, un vaso
de agua y diez segundos es todo lo que necesita para combatir multitud de
enfermedades.
Recuerde que
mantener en condiciones la flora intestinal y no permitir que la disbiosis se
apodere de su intestino es esencial para disfrutar de una buena salud. Le
ayudará en caso de, por ejemplo:
- Enfermedades digestivas crónicas como estreñimiento, enfermedad celíaca, permeabilidad intestinal, síndrome del intestino irritable y enfermedad de Crohn, además de otros problemas digestivos.
- Síndrome de fatiga crónica.
- Enfermedades inflamatorias como artrosis, reumatismos y alergias.
- Enfermedades metabólicas como diabetes, colesterol, hipertensión y obesidad.
- Enfermedades de la piel como acné, eccema, dermatitis, herpes y psoriasis.
- Enfermedades infecciosas como diarrea, resfriados, gripe, gastroenteritis, infecciones por Clostridium difficile o Helicobacter pylori.
- Varios tipos de cáncer, especialmente el de colon.
Y es que la
disbiosis está en el origen de muchos problemas de salud causados por los
cambios en el estilo de vida que envenenan nuestro cuerpo y lo enferman.
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